“No hagas con el amor lo que hace un niño con su globo que al tenerlo lo ignora y al perderlo llora”-Pablo Neruda
Esta frase, atribuida a Pablo Neruda, tiene un significado profundo relacionado con el amor y cómo debemos valorarlo. Veamos su significado:
«No hagas con el amor lo que hace un niño con su globo que al tenerlo lo ignora y al perderlo llora»
La frase de Pablo Neruda expresa una lección profunda sobre cómo valoramos (o no) el amor en nuestras vidas, utilizando una metáfora sencilla pero poderosa. El amor es comparado a un globo, algo bello, frágil y, en cierto sentido, efímero. Cuando un niño tiene un globo, a menudo se distrae y no le da la importancia que merece; lo trata como algo garantizado. Sin embargo, el momento en que el globo se pierde o se escapa, surge un sentimiento de pérdida y dolor que hace evidente el valor que realmente tenía.
La comparación entre el niño y el adulto se presenta como un llamado a la madurez emocional. A menudo, las personas caen en un patrón similar al del niño: cuando tienen el amor, ya sea en una relación de pareja, en la amistad o en los lazos familiares, tienden a ignorar su valor, a darlo por sentado y a dejar de cuidar la relación. Solo cuando este amor se rompe, o la persona amada se aleja, es cuando realmente se percibe su ausencia y surge el arrepentimiento. En ese instante, se vuelve evidente lo importante que era, pero ya es demasiado tarde para retenerlo o repararlo.
Neruda nos advierte sobre la tendencia humana a tomar por seguro lo valioso mientras lo tenemos y a descuidarlo por la familiaridad o el paso de la rutina. Esta actitud hacia el amor implica no ver en el otro un tesoro único y digno de ser apreciado en el presente. La frase nos invita a cultivar una mayor consciencia y gratitud hacia el amor, aprendiendo a valorar y cuidar lo que tenemos antes de que desaparezca. El poeta sugiere que amar verdaderamente no consiste solo en disfrutar la compañía del otro, sino en reconocer su importancia, cuidarlo y nutrirlo día a día para que no se convierta en una pérdida irremediable que se lamente con lágrimas.
Es un recordatorio de vivir el amor con atención y compromiso, de entender que lo frágil y hermoso merece dedicación constante, y de evitar la inmadurez de la indiferencia. Así, Neruda nos incita a no esperar a que el amor se convierta en una ausencia dolorosa, sino a celebrarlo y valorarlo mientras aún lo tenemos entre nosotros.
